Incluso en Esporte Clube Bahia teníamos una línea de gama media formidable, en la década de 1940, con Héctor Papetti, Dante Bianchi e Mario Giuseppe Avalle
Nestor Mendes Jr , Salvador |
23/08/2021 às 18:45
Diego Dabove
Foto: REP
Carta abierta al Sr. Diego Dabove
Estimado Sr. Dabove,
Bahía es una tierra que abraza a los porteños. Héctor Julio Páride Bernabó, nació en Lanús, pero aquí se convirtió en Carybé, más local, imposible, con sus compañeros Caymmi, Amado y Vina. El argentino más bahiano que jamás haya vivido, o viceversa, pasó a formar parte de una de las casas candomblé más importantes de Bahía, Ilê Axé Opô Afonjá, recibiendo en 1957 el puesto de honor, para representantes electos muy selectivisimos, de Obá de Shango.
Carlos Maipah, periodista argentino, tenía el sueño de vivir en un paraíso tropical. Viajando por el mundo, llegó aquí en 2008. El Mercado Modelo estaba cerrado, por lo que tomó el bote para ver qué había en esa inmensa isla en la Baía de Todos os Santos. Dos años después, dejó su Belén de Escobar, vendió su parte en El Diario de Escobar, e hizo realidad el sueño de su niño en Berlinque, comprando una casa de veraneo, que luego se convertiría en su posada, llamada Búho Blanco.
Incluso en Esporte Clube Bahia teníamos una línea de gama media formidable, en la década de 1940, con Héctor Papetti, Dante Bianchi e Mario Giuseppe Avalle. A principios de los 70 nos trajo “El Nene” José Sanfilippo, quien nos encantó con su arte futbolístico, tan bailable y contundente como un tango de Gardel. Y acrobático como los vuelos de “Batman” desde el césped, el inolvidable Carlos Adolfo Buttice nacido en Monte Grande y que también hizo historia aquí.
Pero, querido señor Dabove, esta misiva no es para hablar de las muchas afinidades entre Bahía y Argentina, sino para darle una bienvenida.
Si de verdad quieres pasar a la historia del primer campeón brasileño - que tuvo un compatriota tuyo, Carlos Volante, en el juego decisivo, en 1960 - cambia todo, radicalmente. Ven como un iconoclasta, como el revolucionario Julio Cortázar en “Rayuela”, o el inquietante Bioy Casares en “La invención de Morel”.
No escuches a nadie, especialmente a los que están en el tablero, que no entiendan nada sobre este juego de pelota que se juega con los pies. No conserves nada, cámbialo todo. No eres un hacedor de milagros para convertir el agua en malbec, ni siquiera de una bodega de quinta categoría.
Y ni siquiera eres un Bergoglio ...
Empieza el cambio de lateral derecho: el titular del puesto es el responsable directo de unas 20 derrotas en las últimas tres temporadas. Dicen que le pega al GPS (???), pero no sabe pegarle a la pelota, porque no marca, mal cruza y patea mal. Te dirán que es laborioso; mi madre también lo es, pero no es adecuada para el lado del Esporte Clube Bahia. En el lado izquierdo, la dolencia es la misma. Solo trae dos del Club Luján, Real Pilar o El Porvenir: sé que son de cuarta, pero son mejores que los nuestros.
La línea de defensa carece de arreglo y, sobre todo, de posicionamiento. Quién hace, qué, dónde y cómo. En otras palabras, los fundamentos del zagueirismo.
Cambia todo el mediocampo. Como diría McLuhan: “el medio es el mensaje”, pero el nuestro es silencioso y no vincula defensa con ataque. Otro principio básico, ¿no? Es una media cancha que no marca a nadie, mira al oponente jugar y hace una transición muy lenta, como “Adiós Nonino” de Piazzolla bailado por dos luchadores de sumo.
En ataque, Gilberto será Luis Fabián Artime o Gabriel Batistuta, pero es imposible ser feliz solo, cuando no tienes un esquema táctico definido, cuando tienes laterales que no practican los cimientos básicos del centro.
Escuchará que el club no tiene dinero para nuevas contrataciones. Es parcialmente cierto, porque “mucha plata” se desperdició en basura, probablemente empujada por gánsteres al estilo de Robledo Puch.
Haz que jueguen los chicos, recluta a algunos veteranos para que vuelvan al club, como Zé Carlos y Charles, haz lo que sea. Cambialo. Dale la vuelta. Inventar. Simplemente no se quede atascado en mantener lo que nunca funcionará. Será una pérdida de tiempo. Mas tiempo.
Lo que sea, te recomiendo que vuelvas a leer a Matias Néspolo, en "Siete formas de matar a un gato". Aparte de la crueldad contra los felinos, el libro revela que siempre hay más de una forma de hacer las cosas, de hacer las cosas de manera diferente, saliendo de los lugares comunes y el conformismo.
Gracias por escucharme, querido Sr. Dabove. Bienvenidos a Bahia do axé y do Esporte Clube Bahia que nació para ganar. No quiero cantar “no llores por mí, Argentina” más adelante; Prefiero parodiar, para el futuro, los versos de “La Cumparsita” y decir: “que, hasta dentro de mi alma, me quedo con el cariño que ya te tengo”.
¡Kawó Kabiesilé! - un saludo que, por supuesto, utilizaría Carybé.
¡Buena suerte!
Nestor Mendes Jr.
Periodista